Con la inminente llegada del invierno y con ello, los días más oscuros, mantener una buena iluminación en el hogar se convierte en una prioridad. La correcta iluminación no solo mejora la funcionalidad de los espacios, sino que también tiene un impacto significativo en nuestro bienestar y estado de ánimo, ya que la relación entre la luz ambiental y la temperatura influye en nuestra percepción de felicidad.
Una iluminación adecuada puede mejorar nuestro estado de ánimo, aumentar nuestra productividad y contribuir a una mejor calidad del sueño. Además, aprovechar al máximo la luz natural ayuda a reducir el consumo de energía, lo cual es beneficioso tanto para el medio ambiente como para nuestro bolsillo.
“Para lograr un ambiente acogedor durante el invierno, siempre se recomienda usar una luz cálida, de entre 2.300 y 3.000 grados kelvin. Este tipo de luz no retrasa la salida de la melatonina, la hormona del sueño, por lo que no altera el reloj biológico. Es una luz que incita la relajación, el descanso y la calma", explica Ana Antico, neuroarquitecta y fundadora de Antico Studio. "Si usamos iluminación fría, que tiene entre 4.000 y 5.000 grados kelvin, impedimos la producción de melatonina, lo que puede llevar a problemas de sueño, ansiedad y alteraciones del estado de ánimo."
Es por esto, que la experta entrega algunas recomendaciones para sacarle el máximo provecho a la luz natural y utilizar de manera eficiente la iluminación artificial para nuestro bienestar, sobre todo en esta época del año donde las horas de luz disminuyen y los días son más grises:
Aprovechar la luz natural: Si bien los días son más cortos, es importante maximizar el uso de la luz natural disponible. Esto se puede lograr posicionando espejos de manera opuestas a las ventanas, ya que esto aumentará la cantidad de luz en la habitación. Además, se deben mantener siempre las ventanas limpias, dado que incluso una delgada capa de polvo puede reducir significativamente la cantidad de luz que atraviesa el vidrio.
Utilizar ampolletas cálidas: Se deben preferir las ampolletas que entreguen una temperatura de color cálido, que se encuentren en el rango de 2700 a 3000 grados kelvin, ya que esta es una forma efectiva de crear una atmósfera acogedora y relajante en cualquier espacio. Esta calidad de luz es especialmente beneficiosa durante los meses de invierno, cuando buscamos crear ambientes acogedores para contrarrestar el frío exterior.
Incorporar diferentes tamaños de lámparas: Las lámparas de pie o de mesa son muy efectivas por su versatilidad, al poder ser movidas según las necesidades de cada habitación. Por ejemplo, poner una lámpara de mesa en un escritorio puede mejorar la iluminación de trabajo, mientras que una lámpara de pie en una esquina oscura del cuarto puede añadir un toque cálido y decorativo. Este juego de luces puede producir profundidad en los espacios, ayudando a crear un ambiente más espacioso y cómodo visualmente.
Utilizar luces direccionales:: En lugar de dirigir la luz directamente hacia abajo, apunta las luces hacia arriba o hacia las paredes para crear una iluminación más suave y difusa, reduciendo así las sombras duras y mejorando la sensación de amplitud en el espacio.
Incluir tecnología inteligente: Actualmente, la tecnología ofrece la posibilidad de controlar la iluminación mediante dispositivos móviles o asistentes de voz. Esto permite programar las luces para que se enciendan y apaguen según horarios específicos, simulando la presencia en casa y optimizando el consumo de energía. Además, algunos sistemas avanzados de iluminación inteligente pueden ajustar automáticamente la intensidad y el color de la luz para adaptarse a las necesidades y preferencias de los habitantes, contribuyendo así a un ambiente más cómodo y saludable.
Siguiendo estos consejos, podrás disfrutar de espacios bien iluminados y agradables durante toda la temporada.